Actualmente, la desigualdad producida por la llegada de las tecnologías trasciende únicamente el cubrir la necesidad del acceso a ellas. Organismos como la OCDE o el Banco Mundial, resaltan que el uso de calidad de las tecnologías es nodal para potenciar los alcances que la innovación tecnológica ofrece para el crecimiento económico de cualquier país. En la misma línea, la educación es un agente clave para formar competencias y habilidades que fomenten un uso reflexivo, creativo y propositivo de las tecnologías. Estas habilidades, son esenciales para la formación de ciudadanos comprometidos con la mejora de sus sociedades. Por su parte, la gobernanza digital provee pautas reguladoras para un uso ético y responsable de las tecnologías. Se establece la importancia de proponer acciones concretas, intercedidas por la educación y la gobernanza digital, que se enfocan en promover aprendizajes que movilicen las habilidades digitales, para reducir la brecha digital y alcanzar los mayores beneficios de dichas innovaciones.