La depresión y ansiedad son dos de los trastornos mentales más comunes en la población general, y que más se asocian con un aumento en el riesgo de cometer suicidio. Específicamente la prevalencia de depresión reportada varía del 8 al 12 %, y la ansiedad alcanza una prevalencia de 4,3 a 5,9 %, siendo ambas más frecuentes en mujeres. Por otra parte, los trastornos mentales son más comunes en reclusos que en la población general. Aproximadamente 1 de cada 7 prisioneros tiene una enfermedad mental tratable. La prevalencia de enfermedades mentales graves entre varones y mujeres adultos/as recluidos es de 14,5 % y 31 % respectivamente, lo cual revela un porcentaje considerablemente mayor al 4,1 % (mujeres 4,9 % y hombres 3,2 %) encontrado en la población general.