El texto propone un modo de entender la llamada “crisis de las humanidades” desde el punto de vista de la presencia de la filosofía en el sistema educativo e investigativo colombiano actual. Según los autores, una versión de tal crisis descansa en la creciente tecnificación de la filosofía. En ese orden de ideas, el trabajo cuestiona este modelo y explora, en su lugar, un esquema alternativo, soportado en la noción de praxis, desde el enfoque de la filosofía como forma de vida. A partir de ahí, los autores sostienen que comprender la filosofía como praxis posibilita una relación estrecha del saber con la vida, al mismo tiempo que le permite apartarse de un posible sentido instrumental.