La práctica regular de actividad física (AF) ha demostrado que trae múltiples beneficios sobre la salud, mientras que el permanecer un prolongado tiempo en sedentario conlleva efectos deletéreos sobre el organismo. En Colombia la Encuesta Nacional de Situación Nutricional 2015, permitió por medio de los indicadores evidenciar que solo cerca de la mitad de jóvenes y adultos (18 – 65 años de edad) cumplen con las recomendaciones internacionales de AF. Aunque a nivel nacional no se cuenta con datos sobre los niveles de actividad física en la población con discapacidad intelectual, en contraste, existen datos internacionales demuestran que su participación es mucho más baja en comparación a la población general. Por lo tanto, se hace necesario identificar estrategias costo-efectivas que permitan aumentar los niveles de AF en esta población.