La percepción visual es un proceso muy sofisticado de toma y encadenamiento de información del mundo real, partiendo del hecho fundamental de que lo que capturan nuestros ojos es exclusivamente luz. Este artículo ofrece inicialmente una revisión de cómo la luz da cuenta de ese mundo real, convirtiéndose en imagen en lo que experimentamos como ver, y cómo dicha imagen adquiere el sentido más básico que requiere un observador: la identificación de lo observado. El saber qué es eso que tenemos en frente, a partir de ser percibido visualmente, conlleva un elaborado proceso que aquí llamaremos prueba de conformidad, que pone en relación diferentes tipos de memorias visuales de las que dispone la mente para reconocer, recordar y actualizar las informaciones de lo experimentado. Junto a la revisión de dichas memorias visuales se dará cuenta del concepto de tipo cognitivo que refiere a la información perceptiva que adquirimos de cada objeto que conocemos. Finalmente, se hará un acercamiento al concepto de atención como filtro que enlaza lo que vemos (percepción) con lo que conocemos (cognición), dejando en evidencia todo el complejo mecanismo mental que está detrás de la experiencia cotidiana de ver.