Este documento busca examinar aquellas prácticas artísticas asociadas a la imagen y desarrolladas en el contexto urbano contemporáneo, las cuales constituyen un ejercicio de reconfiguración material y simbólica del espacio público; ello a fin de intentar precisar la manera en que se despliegan a través de acciones con posibles resonancias políticas. En este sentido, se establecen las principales diferencias entre algunas vertientes del arte urbano, como el grafiti, el arte monumental y lo que he llamado muralismo urbano, para determinar las especificidades de este último, poner de relieve su naturaleza y el modo en que problematiza ciertas fronteras de sentido. A través de esta caracterización se podrá dilucidar cómo el muralismo urbano permite la apropiación y la resignificación del territorio por parte de ciudadanos que encuentran en la creación plástica tanto una forma de visibilizar su voz, como una vía para cuestionar la estructura social que la invisibiliza. Así, en la interlocución estética con los transeúntes, la calle puede devenir un escenario de acción política, por medio de la construcción y la reflexión colectiva sobre el ámbito de lo común.