Desde un tiempo atrás y hasta la actualidad, la conducta de las organizaciones se ha tornado hacia una competencia que se fundamenta no solo en el recibimiento de ganancias económicas, sino que, además de ello, se basa en actuaciones que beneficien su entorno medioambiental y social, a través de la apropiación de políticas de mejoramiento de las circunstancias laborales, el desarrollo de programas de recuperación de los entornos naturales, los derechos humanos, etc. El término de Responsabilidad Social Corporativa ha sido usado, de manera general, para distinguir el compromiso de las organizaciones en relación con dichas cuestiones solicitadas por la sociedad. El presente artículo relaciona los aspectos morales y éticos con este cambio en el comportamiento organizacional. Realidad Empresarial No. 17, 2024: 75-84.