La educación en Colombia es un desafío compartido entre el estado, la sociedad, las instituciones educativas, los docentes y los estudiantes, puesto que cada uno contribuye a conformar las estructuras que soportan una comunidad; al plantear formas de relacionarse, de resolver las tensiones entre las necesidades individuales y colectivas, se van poniendo en evidencia formas de percibirnos a nosotros mismos y a los otros. Las sociedades e instituciones educativas que se mantienen en movimiento pueden replantear sus estructuras, superando la homogeneidad que promueve la uniformidad, para dar paso a la diversidad desde un ambiente de diálogo y participación; por esto, resulta importante en esta investigación construir saberes a partir de la experiencia de maestros con la población diversa, mediante la metodología de sistematización de experiencias que facilita articular la relación entre la teoría y la práctica vivida. Finalmente, se resalta el valor de la diversidad e inclusión en la escuela y, a la vez, se revela un panorama de exclusión más amplio de lo esperado en tiempos de pandemia.