En Colombia las ideas de la escuela positivista influyeron la redacción del Código penal de 1936 sin que las penas de prisión perpetua y prisión indeterminada fueran acogidas para todos los delincuentes natos, pues únicamente se establecieron para los alienados o anormales, bajo el nombre de “medidas de seguridad”. A partir de un estudio general del impacto del positivismo penal en América latina y en particular de las actas de la Comisión de Asuntos Penales y Penitenciarios que redactó dicha codificación, se sostiene que lo anterior fue resultado de un sincretismo con el pensamiento penal colombiano, que reconocía la insuficiencia de investigaciones sobre la delincuencia nacional y de médicos, jueces y administradores penitenciarios para cumplir con las metas perseguidas por el positivismo penal.