El texto plantea la importancia del oikos griego en tanto referente simbólico que puede permitir, en condiciones de adversidad, la construcción de una estética de la existencia que se constituya en una opción para seguir viviendo cuando las condiciones son desfavorables para la existencia de la vida y para la vivencia del hogar, es decir, en escenarios de conflicto como los que actualmente viven muchas personas en condición de refugiados, de inmigrantes, de asilados; así también quienes están secuestrados y aquellos que viven el desplazamiento forzado y ambiental. Tomaremos como referente de la adversidad lo sucedido en el campo de concentración de Auschwitz para relacionar aquellos hechos de crueldad con muchas de las situaciones que acontecen hoy en el panorama global. Todo esto con la idea de proponer la vivencia del oikos como una construcción íntima que manifiesta la vida y que puede convertirse en un refugio en circunstancias difíciles.