El desarrollo del control del movimiento es fundamental para que el niño interaccione con el entorno y lo conozca, así como para que se relacione con otras personas y cree vínculos. De esta manera, el desarrollo motor se puede considerar el eje sobre el cual pivota el desarrollo integral durante los primeros años. En este capítulo se presentan las dos grandes escuelas que han abordado conceptualmente el desarrollo motor: la escuela americana, representada por Arnold Gesell, y el enfoque de la escuela francesa de la psicomotricidad, propuesta por Henry Wallon (1968) y Emmi Pikler (1984). Se aborda el estudio del desarrollo motor como un proceso progresivo, gradual y autónomo que se da en los primeros años de vida, y en el que se requiere del desarrollo cognitivo, emocional y sensorial, es decir, desde una perspectiva global, a fin de lograr la adquisición de habilidades que le permiten a la persona controlar su movimiento y relacionarse con su propio cuerpo, así como con el entorno. Finalmente, se presentan estrategias para observar el desarrollo motor mediante el uso de escalas y la observación naturalista.