Los perros y los gatos han habitado las ciudades durante milenios. Actualmente, centenares de millones desempeñan el rol de mascotas. Su presencia junto a los humanos ha generado significativos beneficios para las personas y para la sociedad. La economía mundial, la salud de los propietarios y la cohesión social son sus principales beneficiarios. Desde la década de 1960 la familia tradicional empezó a experimentar cambios en medio de los cuales las mascotas encontraron un lugar particular. Este lugar se fortaleció gracias a un gran cambio al que asistimos: somos testigos del paso del humanismo al poshumanismo, que exige la inclusión de especies no humanas en la vida urbana. Los resultados presentan las consideraciones que todo diseñador debe tener en cuenta para elaborar proyectos arquitectónicos y urbanos incluyentes con las mascotas. Se concluye que es prioritario incorporar estas consideraciones cuando se aborden proyectos con enfoque poshumanista en las escuelas de arquitectura.