Este artículo analiza las obras Por qué volvías cada verano (2018) y Donde no hago pie (2021), ambos libros de Belén López Peiró, en relación a Los niños perdidos (Un ensayo en cuarenta preguntas) de Valeria Luiselli (2016), haciendo foco en las preguntas que en los textos hace la ley para, a partir de eso, por un lado, problematizar el modo en que el sistema jurídico construye su verdad y, por otro lado, pensar el derecho al testimonio y el concepto de “ciudadanía”, es decir, indagar en las condiciones de entrada a la ley y la conformación de ciudadanías secundarizadas, en relación con la literatura como espacio donde pueden surgir nuevos sujetos de la enunciación.