El artículo busca identificar, desde una perspectiva sociojurídica, cómo la corrupción no se agotó con la terminación del conflicto armado, sino que sigue siendo una cuestión estructural en las relaciones sociopolíticas en Colombia. En tal sentido, se pretende establecer la necesidad de estudiar nuevas dimensiones de análisis y enfoques de salidas definitivas o estructurales a problemas paralelos a la guerra interna, enraizados en los vínculos socioculturales asociados al fenómeno de la corrupción. Esta última se fundamenta en las relaciones sociopolíticas y socioeconómicas de la población, ante la ruptura y la falta de confianza entre los individuos y de estos con las instituciones estatales; este divorcio propicia nuevas formas de violencia ligados a la captura, la cooptación y la cooptación reconfigurada del Estado.