El embolismo pulmonar (EP) es una patología bien conocida y delimitada que se asocia fuertemente al antecedente de cáncer, delimitando un subgrupo de pacientes con clínica que, aunque es compatible con la clásica también puede variar, así como el abordaje diagnóstico en presencia de malignidad. El manejo par todos los pacientes con EP definitivamente es la anticoagulación, con agentes intravenosos o subcutaneos como las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) o los anticoagulantes directos orales (DOAC), según el perfil de estos pacientes. La evidencia reciente en cuanto al manejo a corto y largo plazo de pacientes con cáncer y EP podría cambiar la perspectiva del manejo y abre la puerta a la elección del clínico del agente que decide formular según las condiciones del paciente, sus antecedentes y preferencias.