En la modernidad, la reflexión moral ha estado influida por orientaciones fundamentadas en la razón y por orientaciones fundamentadas en el sentimiento. Dos ejemplares de estas orientaciones son la Ilustración y el Romanticismo, respectivamente. El desarrollo de estos movimientos culturales e intelectuales está asociado a un contexto social y político en el que las demandas por los derechos políticos y sociales se presentaban junto a la insistencia en la importancia de la solidaridad, la hermandad y el compromiso personal relacionados con el desarrollo de las comunidades. En este artículo desarrollamos algunos aspectos de este complejo contexto cultural y presentamos las reflexiones de Max Scheler acerca de la religión como una perspectiva representativa de las visiones herederas del romanticismo que reivindicaron la importancia de los valores y el compromiso moral frente a las crisis políticas que sufrió Europa a inicios del siglo XX.