En las últimas décadas viene observándose un resurgimiento en el uso alternativo de materiales cerámicos en arquitecturas diseñadas con sensibilidad fenomenológica, lo que ha supuesto repensar su materialización y formalización, y un entendimiento del lugar que incorpora sus características climatológicas. El artículo analiza nuevos modos de emplear el ladrillo u otros materiales cerámicos con conciencia climática, para superar los roles asociados con este material y con los sistemas constructivos en su función de cerramiento, transformándose en piel y filtro que permite protegerse del sol dosificando ventilación e iluminación naturales. En su estadio tecnológico más avanzado, siguen una lógica computacional caracterizada por la disrupción digital.