Este texto es un conjunto de tres fragmentos que transcurren entre la noción ontológica de nomadismo y el fenómeno de las migraciones contemporáneas de sur a sur en el continente americano, y que se articulan a través de la idea de cultura nómada como una forma de pensar-hacer poéticamente el mundo al habitar en movimiento. El hábitat nómada —y migrante— se establece en el cambio, y ha generado en la historia de la arquitectura y la ciudad, escenas particulares de apropiación y producción espaciotemporal. Dicho habitar comporta adaptaciones culturales, pero también transgresiones que posibilitan la supervivencia entre estructuras fijas como el territorio, la ciudadanía, la identidad, la comunidad o el hogar.Veremos cómo el nómada-migrante se desplaza en la interdependencia entre un habitar situado y un habitar en movimiento, que se hace presente en escenas cotidianas de saber, invención y resignificación de espacios urbano-arquitectónicos.