La Guajira, un territorio localizado en la frontera norte entre Colombia y Venezuela, donde a través del tiempo diversas culturas han ocupado y dejado una huella en sus paisajes; diversos períodos y procesos históricos como la colonia, la república, el comercio, la minería y las migraciones configuraron un territorio de intercambios culturales que evidencian un carácter híbrido y diverso, aunque conservando unidad en su imagen étnica. El presente trabajo es una reflexión derivada de un ejercicio[1] realizado sobre algunos de estos procesos de hibridación mediante la construcción y el análisis de composiciones cartográficas, entendidas como representaciones que interconectan conjuntos de ideas sobre un territorio, permitiendo inferir algunas características y procesos de mestizaje, puesto que en la actualidad, la sociedad y la cultura son el resultado de numerosos procesos de transculturación e intercambios internos y dinámicos, en ese sentido, los procesos de construcción de una identidad territorial podrían existir bajo una forma de un sincretismo particular.