Frente a los sentidos de las ciencias humanas y los estudios sociales, entendidos como acciones en las fronteras de la vida, la escuela lasallista en sus orígenes plantea algunas apuestas que nos permiten comprender en la actualidad los rasgos sociales que subyacen en la apuesta formativa del lasallismo, y que se caracterizan por la centralidad de lo social, por la fidelidad educativa fronteriza y, en contracorriente, por la opción educativa en favor de los empobrecidos, por la gratuidad y por una comunidad de maestros-hermanos. La obra educativa de Juan Bautista de La Salle y sus primeros hermanos es todavía fuente de inspiración para reflexionar en torno a las necesidades educativas humanas y a las respuestas formativas marcadas por la eficacia social de la educación y la promoción social e integral de los menos favorecidos.