Se presentan las bases conceptuales desde las que es posible articular y comprender la solidaridad como un derecho que transcienda el deber a la solidaridad, y a su vez posibilita la acción social como generadora de transformaciones y no cambios en la sociedad. Se busca hacer un llamado a una práctica social y ética creadora de nuevos paradigmas en pos de un bien común inclusivo y participativo; la solidaridad como una virtud política se enmarca en la tradición ética contemporánea y permite el reconocimiento del otro como condición necesaria para la ciudadanía.