La relación entre manos e instrumentos permite comprender por qué las mujeres han estado más del lado del cuerpo y los varones del lado de la técnica y la tecnología. La emergencia de cada máquina no ha hecho más que afirmar esta división; así lo podemos constatar con la máquina de escribir que impactó en la división del trabajo intelectual, pues las mujeres fueron limitadas a conducir las máquinas, no a registrar sus propias creaciones. En este ensayo proponemos que estas dos derivas se complejizan en la escritura de Clarice Lispector, en específico en la figura de Macabea, en quien se interrumpe su cauce imaginario y material.