En este artículo se analiza la racionalidad del neoliberalismo desde una perspectiva feminista. Se examina cómo el cuerpo se convierte en símbolo de su lógica al reducirse a materia prima que encarna el imperativo de la acumulación. Esto solo es posible mediante procesos de expropiación y destrucción, que pueden encontrarse en la violencia inherente a la prostitución y la pornografía. Concluimos que la acumulación ilimitada deviene un imperativo del neoliberalismo, en tanto proyecto político que identifica la desigualdad entre hombres y mujeres, y la violencia patriarcal, como terreno para su sedimentación, evidenciado en el desarrollo de la prostitución en los marcos neoliberales.