La pobreza y la vulnerabilidad social crean el perfecto escenario para la neurocisticercosis.En la mayoría de poblaciones de bajos o medianos ingresos (con excepción de la musulmana), los cerdos son criados con fines de consumo, muchas veces en pobres condiciones de higiene (1).Y ahí se inicia el ciclo de la invasión de la larva de la Taenia solium al sistema nervioso central (SNC).Los niveles de seroprevalencia en zonas rurales de América Latina son preocupantes, y ser positivos en 10% a 20% de la población (2,3).Si bien algunos casos de neurocisticercosis se mantienen asintomáticos durante décadas, en países de bajos y medianos ingresos, esta parasitosis llega a ser la primera causa de epilepsia en la edad adulta (2).Además de epilepsia, la neurocisticercosis se ha descrito asociada a otros síndromes neurológicos, como demencia, déficit de atención y ataque cerebrovascular (4-7).En Colombia se han reportado casos de ubicaciones inusuales de localización de los quistes, como bulbo raquídeo, causando síndrome de Bruns, o médula espinal (8,9).En ese lapso, se atendieron 3.562 pacientes con diagnóstico de neurocisticercosis (mujeres 2.083 (58,5%).Esto resulta en una prevalencia de 7,1 casos por cada