La presencia de otros discípulos en el evangelio tiene una razón de ser, obedece a una estrategia de composición del evangelio, en la cual el autor muestra a estos personajes interactuando con el Maestro, los caracteriza con actitudes y valores de un discípulo verdadero, superando en mucho los comportamientos del grupo más cercano y selecto del Señor Jesús. Este tipo de seguimiento podría ser propuesto como paradigma a tantos hombres y mujeres de hoy, que creen en el Señor Jesús.