El saber suele ser visto de dos maneras antitéticas: humanista o pragmática. La consecuencia de ello son dos tipos de educación que se oponen mutuamente en la más cotidiana realidad. Asimismo, se suma el hecho de que hoy en día, gracias a visiones que politizaron el saber (tales como la teoría crítica), su uso educativo se vuelve aún más complejo. No obstante, pensadores como Max Stirner —quien no suele recibir la suficiente atención pedagógica— podría ofrecer ideas que permitan resolver de una manera especial dicho conflicto. A través de su potente texto, El falso principio de nuestra educación o humanismo y realismo, ofrece reflexiones que vale la pena matizar y retomar para el presente escrito. Se afirma, pues, que Max Stirner propuso vías intelectuales y prácticas para hacer un uso del saber que reivindica al individuo en los procesos educativos regidos por los dos usos típicos del saber.