El valor de la vida, el respeto a la vida y la promoción de la vida son valores fundamentales desde la espiritualidad franciscana, por ser un bien fundamental otorgado por el Creador. La persona es una administradora de este bien, que trasciende de la mera presencia física a la dimensión espiritual, que hace que supere la existencia en el tiempo. Para Francisco de Asís y sus seguidores, toda manifestación de la vida merece respeto y cuidado; más aún, la vida humana. A través del desarrollo del presente texto, se presenta la vida como don, como regalo que merece ser asumido con responsabilidad y decisión.