El ictus en la infancia, adolescencia y periodo juvenil, aun siendo poco frecuente, supone un importante reto diagnóstico, especialmente por la diversidad de etiologías que lo pueden producir. A efectos prácticos, por las diferencias en la epidemiología, etiología, clasificación y actuación diagnóstica y terapéutica, este tema se va a subdividir en dos apartados, el ictus en la infancia y adolescencia, y el ictus en el adulto joven. Por motivos de limitación de espacio no se revisa en este tema el ictus del periodo neonatal.