En el presente texto, la autora reflexiona sobre la relación intrínseca y paradójica entre violencia y política en la construcción de la legitimidad, pretendidamente monopólica, del Estado moderno. La fundación y la conservación del derecho y del Estado pueden explicarse como teología política, en tanto el Estado como “dios mortal”, según la visión hobbesiana, es autoridad legitimadora de su propio gobierno, demostrando que “para crear derecho no necesita tener derecho”, de lo que se desprenden algunos conceptos como “razón de Estado.”