Hablar de paz en estos tiempos se ha convertido en un desafío racional y en una paradoja del deber ser en comunidad, debido a que la necesidad de vivir en paz es desdibujada por un vacío social que ha dejado el conflicto armado interno en Colombia. Por esto el reconocimiento de la verdad inherente de la sociedad se enmarca en la razón misma del tejido social creado a partir de la memoria histórica que pretende a su vez no olvidar, reparar a las víctimas, blindar las acciones con el respaldo judicial, y así contribuir a la transformación estable.
 Es entonces que este artículo propone una reflexión socio-moral para erradicar todo mal uso de los procesos de interpretación de la reparación colectiva y la construcción de paz, eliminando consigo la revictimización y cualquier violación de derechos humanos, además de fortalecer los colectivos, promover los liderazgos culturales, recuperar la credibilidad institucional e identificar las oportunidades de cambio para las garantías de tener una vida digna.