Si la filosofía no es solo teoría, sino también praxis, y dichas praxis filosóficas son históricas, entonces, en nuestro siglo no solo se presenta la necesidad de filósofos y filósofas, sino también de múltiples y diversas posibilidades para filosofar, así como una caracterización más amplia de su perfil laboral. Nuestro propósito fundamental consiste en analizar diversas perspectivas tanto para la teoría como para la praxis filosófica, generando otras posibilidades de inserción en ámbitos laborales no convencionales al mundo académico. Para ello, es necesario demostrar que la pregunta por la "utilidad" de la filosofía no es nada nueva y que tanto ella como las respuestas hacen parte de su historia y de sus desarrollos teóricos y prácticos. Así mismo, anticipamos otras praxis filosóficas marginales al mundo académico a partir de las cuales fuese posible explorar ámbitos laborales no convencionales para los filósofos, identificando las competencias demandadas y sugiriendo perfiles acordes a las necesidades y retos actuales, caracterizando así un perfil laboral del filósofo del siglo XXI.