La propuesta busca reflexionar sobre la potencia de los afectos en y para la educación, y la educación matemática. Por eso este texto está creado como un campo de cuestionamiento desde la perspectiva filosófica. Así, se convoca a pensadores aliados: Baruch Spinoza, Friedrich Nietzsche y Gilles Deleuze, para crear una relación diferencial al cuestionar la pregunta ética de Spinoza: ¿Qué puede un cuerpo? En ese sentido: ¿Qué puede un(a) profesor(a) de matemática en la sala de clases y en la Escuela? Para ello se caminará por lo siguiente: primeramente, comprender la educación y la educación matemática como prácticas de afectos, segundo, mostrar un mapeamiento cartográfico de una Escuela en Brasil −posibilidad metodológica planteada por Gilles Deleuze y Felix Guattari−, que visibilice las producciones de subjetividad, poder y resistencia por medio de narrativas de un grupo de profesores de matemáticas─, resultado de una investigación doctoral. Como tercer y último momento, reflexionar sobre la propia práctica docente: ¿Qué tanto los educadores somos capaces de producir afectos mediados por el mundo que potencialicen una vida que desee ser vivida? Para así pensar otras posibilidades que puedan potenciar su formación.