Este escrito se aproxima a la palabra “discernimiento” como una actividad que permite renovar la mente y el corazón en la toma de decisiones cotidianas, articulando el ser, pensar y actuar, libre y voluntario, en función de la construcción del proyecto de vida. Nada será posible sin la interiorización y el reconocimiento de la capacidad que tiene el ser humano para pensar sobre sí mismo y los demás, entendiendo su realidad. El discernimiento, como capacidad propia de reconocer lo bueno de lo malo, tiene su lugar apropiado y este es la conciencia que permite que el espíritu se eleve y sobrevuele la condición humana para encontrar y fortalecer la relación con Dios. De allí que, pensar en el discernimiento y la conciencia sea reconocer que el hombre posee la capacidad de distinguir la realidad a la que se enfrenta todos los días y, de otra parte, reconocer que siempre se está frente a una dimensión especial, como lo es el sentido espiritual; esto lleva a pensar que discernir no es solo una acción humana, sino una experiencia que tiene que ver con lo espiritual.
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Religious and Theological Studies
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FuenteTiempos Nuevos: Revista Institucional Del Cesmag