Inspirada inicialmente en La casa de las bellas durmientes (1961) del escritor japonés y premio Nobel Yasunari Kawabata, Memoria de mis putas tristes (2004) registra una historia de amor apasionado, protagonizada por un anciano nonagenario y una niña virgen, conocida en la obra como Delgadina, en alusión al personaje homónimo del romancero español sobre el que se cierne la amenaza del incesto. Una historia de amor loco, como querían los surrealistas, enmarcada en un particular prostíbulo caribe, en donde se van a confundir los signa amoris con los síntomas de la vejez, gracias a los recursos oníricos del realismo mágico.