El presente artículo pretende mostrar cómo la descripción fenomenológica que el filósofo francés Jean-Luc Marion hace del fenómeno saturado encaja con precisión en la cristología característica del cuarto Evangelio. A partir del pensamiento de este autor, concluiremos que Jesucristo, como manifestación visible del Dios invisible, concentra en sí las cuatro paradojas fenoménicas, apareciendo también según el relato joánico como una “paradoja de paradojas” o como un “fenómeno saturado por excelencia”.