Las comunidades que enfrentan experiencias de violencia extrema sufren daños en su estructura social, que afectan relaciones interpersonales, sentimientos de integración social e identidades personales. Propusimos el concepto de instalación del trauma como construcción sociopolítica y eje de asignación de sentido, que permite a las comunidades explicar lo desconcertante. La instalación consiste en el andamiaje de recursos, materiales y simbólicos, que ofrecen interpretaciones situacionales de una experiencia; nos enfocamos en elementos simbólicos, específicamente en marcos discursivos, que son soportes de significación y organizan contenidos con el fin de comprender eventos. En esta investigación analizamos marcos discursivos de dos comunidades que enfrentaron situaciones de violencia extrema (masacres), con el objetivo de estudiar términos de instalación y elaboración del trauma colectivo. Identificamos marcos discursivos genéricos y específicos, que posibilitaron la construcción comunitaria de una narrativa del trauma. El concepto de instalación del trauma sirve para revisar estrategias de contención psicosocial ante eventos que alteran el tejido social de una comunidad.