El presente artículo propone la teología voluntarista como clave articuladora para comprender la obra científica y no científica de Isaac Newton. Con ella se posibilita una lectura integral de ésta de manera armónica, de forma tal que evita su aislamiento e inconexión, y respecta asimismo la especificidad de cada uno de los campos que Newton estudió, como la física, las matemáticas, la prisca sapientia, la alquimia y la teología. El voluntarismo teológico de Newton se ilustra en los conceptos espacio y tiempo absolutos, y gravitación universal.