En los resultados del presente estudio los maestros manifiestan actitudes con tendencia erotofílicas, entendidas como la predisposición a evaluar, a percibir, a sentir y actuar de manera favorable ante los diferentes estímulos sexuales propuestos en la presente investigación. Tienen una concepción de cuerpo, desde una visión comunicativa expresiva que va más allá de la apariencia o la imagen corporal, que les permite relacionarse con los otros. Este concepto se corresponde con la definición que aportan sobre sexualidad autónoma, centrada en la toma de decisiones sobre su propio cuerpo, valores como la responsabilidad, la autoestima y la libertad, al igual que la vivencia del placer y la comunicación asertiva. En este sentido, un dato significativo es la ampliación del mapa corporal erógeno de los maestros, expresada en el nivel de agrado y satisfacción para acariciar y ser acariciado en todo el cuerpo. Un alto porcentaje de ellos son andróginos, asunto que valida la flexibilidad de roles de género, como experiencia que orienta la equidad y mejora las interacción humana. Las prácticas sexuales se relacionan con las actitudes favorables, de tal manera que la experiencia sexual positiva se constituye en un indicador que puede favorecer los proyectos institucionales de educación sexual como asunto pedagógico, y al mismo tiempo promover la calidad de vida visibilizada en indicadores de salud, relaciones erótico-afectivas placenteras, empoderamiento y fortalecimiento de valores yoicos y sociales.