La consolidación de la ciencia económica como ciencia pura dio origen a un proceso de reforzamiento lógico-matemático que originó una idea particular de hombre económico. Este proceso se condensa un una serie de características distintivas de este último, que permiten la articulación del principio de maximización como distintivo y generador de sentido a la tarea misma de búsqueda del óptimo. Es a partir de dicha caracterización y de su relación con la idea de hombre presente en el pensamiento administrativo tradicional que se pretende advertir los límites a la posibilidad de alcanzar la adopción de un humanismo organizacional. Desde una perspectiva crítica, el análisis se centró en los planteamientos de Philip Mirowski, en el campo económico, y en los de Omar Aktouf, en el administrativo. A través de sus textos no solo se examinan los ejes que articulan los dos pensamientos a partir de la idea de hombre, teniendo como categoría analítica fundamental el principio de maximización; además permite enfatizar en su transformación histórica, en una transición que comprende desde un hombre caracterizado como sujeto maquínico (una entidad física) a otro considerado como procesador de información (de estímulo-respuesta)