Un circuito corto de comercialización (CCC) es un tipo de mercadeo de alimentos que implica como máximo un intermediario. Aunque es imposible establecerlo, careciendo de idiosincrasia cultural, es una alternativa popular ante el lavado de activos generador de buena parte de las cadenas de hortalizas, frutas y verduras, imposibilitando su competencia con este dumping de la economía golondrina; en el municipio de Ibagué, los Mercados Campesinos de Ibagué (MCI) son un CCC, subsidiados por sus propios integrantes (familias campesinas de los corregimientos Gamboa y Villa Restrepo), con algo de apoyo estatal. Entre 2017 y 2018, usando un Estudio de Caso, se indagó a las familias que por dos años, han sostenido esta opción comercial de los MCI; conjuntamente, con la información de las entidades territoriales del Estado participes, el estudio encontró variables latentes y manifiestas entre consumidores y campesinos, que derivaron en la cimentación de un CCC modelable y replicable a la idiosincrasia del campesino suburbano y del de las más alejadas veredas de Ibagué. Se encontró que el 86% de las familias que participan en el MCI, tienen como actividad principal el café y, antes de participar en el MCI, sus ingresos dependían exclusivamente de esta actividad; una vez en el MCI, valoraron otras especies asociadas al cultivo principal,diversificando sus predios, permitiéndoles aumentar la variedad de productos ofertados en el mercado y a la par mejorar el autoconsumo. No es plausible que solo un reducto del universo de campesinos productores del municipio de Ibagué, se involucre en los MCI, sobre todo ante la expansión de las megas superficies del dumping de hortalizas y frutas, inunda a Ibagué y a Colombia. Pero, este estudio, es buen comienzo en la defensa de la soberanía y seguridad alimentaria.