El aumento de la esperanza de vida es un logro de nuestro siglo en los países industrializados: cada vez vivimos más. A este hito han contribuido de forma específica los avances médicos y de investigación y el incremento de bienes y servicios en las últimas etapas de la vida. Esta mejoría alcanza a todos los sectores de la sociedad y por ello también a las personas con diversidad funcional.
 Pero junto a esta premisa, hemos de añadir un matiz diferenciador: la calidad de vida. Y en el caso del colectivo al que nos vamos a referir, esa calidad de vida va íntimamente unida a la capacitación profesional y el acceso al empleo.
 Por esta razón las instituciones que trabajan con ellas han comenzado a desarrollar programas que den respuesta a esta nueva situación. Y uno de ellos es el proyecto de estimulación cognitiva mediante el uso de las TIC, del que nos vamos a ocupar en el presente artículo.