Las inversiones tempranas en la salud, la educación y el desarrollo de los niños tienen beneficios que se acumulan a lo largo de la vida, para sus futuros hijos y para la sociedad en su conjunto. Las sociedades exitosas invierten en sus niños y protegen sus derechos, como es evidente en los países que aplican eficientemente las medidas sanitarias y económicas durante las últimas décadas. Sin embargo, muchas decisiones políticas todavía no dan prioridad a la inversión en la infancia ni la perciben como la base para mejoras sociales. Incluso, en los países ricos, muchos niños pasan hambre o viven en condiciones de pobreza absoluta, especialmente los que pertenecen a grupos sociales marginados, incluidas las poblaciones indígenas y las minorías étnicas. Además, muchos millones de niños crecen marcados por la guerra o la inseguridad, excluidos de recibir los servicios de salud, educación y desarrollos más básicos. El modelo actual del sistema de salud colombiano es lineal y, por su diseño derrochador, con pocas oportunidades de aprender y mejorar. La necesidad de integrar los sistemas de salud y atención médica en una ecoestructura cohesiva permite que las empresas de atención médica se adapten, respondan y aprendan constantemente del ecosistema de salud. El desarrollo de una tecnología adecuada con sistemas de inteligencia artificial, mejorará la prestación de servicios de salud en la población de manera dinámica y receptiva para transformar la prestación de servicios de salud, que en el esquema actual opera como un sistema reactivo, y pasar a uno proactivo, en especial cuando se trata de la atención médica en pediatría.