Fragmento
 
 Hasta hoy, la historia nos ha indicado que, en un principio, los médicos y la Medicina llegaron a nuestro territorio a través de los escasos médicos españoles, quienes ejercían la Medicina española de ese tiempo; así mismo, nos ha revelado cómo esta Medicina del viejo continente se mezclaba con la Medicina indígena. A medida que el nuevo reino se hacía más atractivo y las poblaciones crecían, la afluencia de médicos se hizo un tanto mayor y así empezaron a aparecer los primeros hechos y escritos médicos, los primeros hospitales y las primeras acciones en la salud pública.
 Luego, ya bien entrado el periodo de la colonia, hay medidas de salud pública y el conocimiento científico de esa época se hace evidente, de modo que la Medicina atiende este impulso y se extiende y progresa de acuerdo con su época. Ya en el propio periodo de la Independencia, necesariamente los médicos juegan un papel importante, no solo atendiendo la salud de la población en sus aspectos que le son propios a su profesión, sino participando activamente en el hecho independentista. Al nacer la República y, dentro del periodo de la organización del Estado, la educación recibe un gran impulso con la creación de universidades: en Santafé, en Caracas y en Quito, la Universidad Central. Y es entonces allí donde nacen las primeras facultades de Medicina y, en consecuencia, la formación de médicos que, poco a poco, van creando hospitales y estableciendo un sistema de salud acorde con su tiempo.