Aunque la infección por el SARS-CoV-2 es fundamentalmente de tipo respiratorio, también puede afectar otros sistemas como el tracto gastrointestinal y el hígado, siendo los síntomas más frecuentes la diarrea, anorexia, vómitos y náuseas, que pueden estar presentes hasta en el 80 % de los pacientes con COVID-19, los dos primeros son los síntomas gastrointestinales reportados con mayor frecuencia en adultos y se presentan hasta en el 40 % de los casos.
 Se ha observado un significativo compromiso hepático en pacientes con COVID-19, debido a múltiples factores relacionados no solo con la enfermedad misma, sino también con el consumo de medicamentos para el tratamiento sintomático y sistémico de la enfermedad. También se ha visto una exacerbación de síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico, dispepsia o síndrome de intestino irritable, probablemente relacionado con un estado disbiótico, deterioro de la barrera epitelial, inflamación y disfunción intestinal.