Aunque la riqueza mundial ha aumentado considerablemente en los últimos años, también se han hecho más dramáticos algunos desafíos ambientales que amenazan el bienestar humano, como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Como si fuera poco, la pandemia de la COVID19 ha generado una crisis social y económica sin precedentes, que además de estar interrelacionada con los desafíos ambientales arriba mencionados, ha agudizado problemas sociales como la pobreza y la desigualdad. Estas crisis nos obligan a replantear el enfoque y comprensión del desarrollo, de manera que se plantee una trayectoria de desarrollo más verde, resiliente e inclusiva (Banco Mundial, 2021).