Prodiplosis longifila es una de las plagas clave del cultivo del tomate en el Valle que actualmente ocasiona daños severos en cogollos, penetra los botones florales provocando su caída e impidiendo la for­mación de frutos y deteriorando los exis­tentes. Su manejo demanda altos costos en insumos y frecuentes aplicaciones de productos químicos. Con el próposito de ofrecer una propuesta de manejo más ra­cional del insecto se evaluó la eficacia de los siguientes productos: Bionim, Bacillus thuringiensis var. kurstaki (Dipel 2x (R)), Bacillus thuringiensis var. israelensis (VectoBac (R)), Biomel, Mico­biol, la mezcla de Dipel 2X y nereisto­xina-hidroxalato (Evisect (R)), un testigo agricultor (control químico) y un testigo absoluto, sobre el daño de la plaga en di­ferentes estructuras de la planta. El expe­rimento se desarrolló dentro de un cultivo comercial, en parcelas de 50 plantas con 3 repeticiones para cada tratamiento, du­rante dos ciclos de cultivo. Las aplicacio­nes de los productos se hicieron dos veces por semana. El daño de P. longifila se pre­senta en los cogollos, hojas y botones florales con cualquiera de los tratamien­tos, durante todo el ciclo del cultivo. Los tratamientos que ofrecieron mejor control del Cecidomyiidae, fueron Biomel y testi­go agricultor (control químico), mostran­do diferencias significativas con relación a los otros tratamientos. Los frutos ya formados también presentaron daños por P. longifila, pero las pérdidas mayores las ocasionó el pasador Neoleucinodes elegantalis.