Las relaciones románticas durante la adolescencia se configuran como una experiencia formativa y constitutiva de aspectos clave de la identidad. Es en este sentido que, de acuerdo con investigadores y profesionales, se ha llegado a establecer que lo que se vive en estas experiencias podría definir la manera en que se van a gestionar las relaciones de pareja en la vida adulta. Por esto, procurar una sana vivencia de estas relaciones será valioso para prevenir posibles violencias en las relaciones de pareja en la vida adulta. Las cifras de violencia en la pareja durante la adultez son altas, y no vemos que este fenómeno disminuya de manera importante. Por tanto, los esfuerzos en la prevención de la violencia en la pareja, desde momentos tempranos de la vida, cuando se inicia la inquietud por las relaciones románticas, deben ser suficientes, de tal forma que garanticemos que la mayor parte de nuestros jóvenes tengan la información necesaria, desarrollen habilidades y competencias personales y hayan configurado sus formas de pensar de tal forma que les permita vivir sus relaciones de pareja de manera armoniosa y constructiva, con beneficio para sí mismos, sus familias y sus parejas.