EL MISTERIO DE LA VOCACIONNos hemos reunido a fin de "tomar conciencia de los desafíos que la Nueva Evangelización plantea a nuestro Continente Latinoamericano para conseguir una mejor calidad y un mayor número de vocaciones a los ministerios ordenados y a la vida consagrada en sus varias formas, que respondan al mandato del Señor: 'Id y anunciad" 1.Puesto que se trata de una reflexión teológica, no podemos tener un punto de partida distinto a la consideración del "misterio de la vocación" 2, tal como es presentado en la Sagrada Biblia y como se vive hoy en la Iglesia.Seguramente la expresión "misterio" se asume para indicar que estamos frente a una realidad que se comprende dentro del designio de Dios sobre la humanidad.Esta expresión nos asegura que al hablar de "vocación" estamos frente a la "bendición" que Dios derrama sobre toda la humanidad por medio de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo (Cf.Ef 1, 3-14).Con razón podemos pensar que toda la Biblia describe el gran "misterio" de la vocación de un Pueblo escogido por Dios, para ser "entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad".(Dt 7, 6), pueblo que ha sido destinado a ser "linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las hazañas del que los llamó de las tinieblas a su maravillosa luz" (1 P 2, 9).Es por eso por lo que se puede hablar de la Iglesia como "misterio de "vocación".Es más, la Sagrada Biblia nos da testimonio de este "misterio" vivido en personas muy concretas.Así es la vocación de Abraham (Cf.Gn 12, 1-4), Igualmente la vocación de Moisés (Cf.Ex 3, 1-22), Josué (Cf.Jo-s 1,1-9), los Jueces (Cf.Jue 6, 11-24), Samuel (Cf. 1 Sm 3, 1-21), David (Cf. 1 Sm 16, 1-13).