La enfermedad denominada "marchitez sorpresiva" de la palma africana (Elais quineensis Jacp.) (Fig. 1) ha causado en nuestro medio no pocas controversias y, como lo indican Mena et al (1975), fue investigada por varias comisiones nacionales e internacionales durante aproximadamente diez años. Fueron precisamente estos autores, quienes con un estudio sobre el control de la enfermedad lograron rechazar las hipótesis establecidas y asociar, como posible vector de un agente patogénico de ella, al Haplaxius pallidus Caldwell. Esta asociación quedó plenamente comprobada al confirmarse que un control total del pasto guinea, (Panicum maximun Jacq.), en cuyas raíces se alimentan las ninfas, disminuye la incidencia de la enfermedad (Martínez López et al, 1976) y al lograr en el campo la transmisión de la marchitez sorpresiva de palmas enfermas a sanas con adultos del H. pallidus (Mena y Martínez-López, 1976) ...