La lectura del diálogo Fedro que se sustenta con este texto parte de la tesis de que éste puede ser interpretado, a un mismo tiempo, como un mito (mythos), un discurso (logos) y un texto escrito (gramma). Esto es así porque mythos, logos y gramma son formas análogas de la palabra o modos del pharmakon del lenguaje. Valga recordar que la característica fundamental del pharmakon consiste en una profunda ambivalencia, que puede conducir al alma a sumergirse en las opiniones y las apariencias, o bien recordarle la experiencia raíz de la visión de la realidad. A lo largo del texto intento rastrear los principales movimientos de estos tres hilos temáticos (mythos, logos y gramma). Este rastreo se hará a la luz de dos importantes recursos que el diálogo desarrolla continuamente, a saber: el recurso de la autorreferencialidad y el de la analogía. El color de fondo que atraviesa el tejido es la metáfora vegetal, que juega a lo largo del Fedro, apenas perceptible y no obstante visible, como el árbol de platonos bajo el cual leen y dialogan Fedro y Sócrates. No es mi propósito encerrar a este diálogo vivo en mis propias jaulas interpretativas. Más bien a modo de juego, mi intención es la de comprender y conectar las partes y los guiños del diálogo entre sí y en relación con el todo unificado del que hacen parte. Busco, ante todo, entablar un diálogo con el mythos, logos y gramma del Fedro a fin de sembrar su carácter vital, móvil y tremendamente dialéctico.